miércoles, noviembre 30, 2005

Novatis


Animación suspendida

Por sucesos fuera totalmente de mi alcance: trabajo y sus consecuencias (desvelos, jornadas largas y accidentes automovilísticos), el presente blog está en animación suspendida. Espero retomarlo en un futuro cercano con nuevos bríos.

Atentamente,

EE-SJ

lunes, noviembre 14, 2005

Testificari

Todo viene del blog romerogt, luego pasamos al blog anecdotario, el cual ha lanzado al aire el reto de que se conetesten algunas preguntas La actividad original se llama “El Testigo Chapín“. ¡A responder pues!

1. ¿Cuando publicaste por primera vez en tu blog?

Miércoles, septiembre 08, 2004 el primer post: Initium.

2. ¿Cual o cuales son tus notas favoritas?

Rastrum, Letanías..., Mullieris Infidelitas, entre otros, los más pequeños son los que tienen mejor lugar en mi favoritismo, luego algunos de ellos se han convertido en parte de mi libro en proceso.

3. ¿Que categoría de tu blog es la que tiene más posts?, o, ¿de que es lo que más escribís?
No tengo clasificación en el blog. Lo que escribo son relatos, poesía y ensayos de ensayo.

4. Definí tu blog en una frase:

Soliloquios personales, apuntes de letra muerta, ideas posmodernas (si cabe el término), apuntes

5. Qué sitio de servicios para bloggers nos podés recomendar:

Blogueratura.com, hay un buen listado de blogs para visitar.

Para no dejar restringida la participación, dejo abierta la invitación, al igual que JJKing. Así que el que quiera participar del juego es bienvenido, participen, conozcamos más blogs.

Edwin Enrique Soria Juárez

Oratio


Aún no sé que dices
apenas escucho un balbuceo
danzas horizontal, saltas, vibras
te pregunto qué sucede
tus pezones señalan al cielo
y deduzco que oras.

Edwin Enrique Soria Juárez

martes, noviembre 08, 2005

Nascere

Es rojo, de seguro. A lo mejor es azul, no sé. El ocio y el escribiente no han tenido recientes trifulcas, ni siquiera insinuaciones. Aún no sé cómo bautizarlo, no es lo mismo ponerle un nombre a un escrito que a un ser que trato de recrear, situación que deseo quede clara. Medito ahora y creo que definitivamente es verde. Mi intento no es de hacedor, más bien de mediador o facilitador. Las letras me huyen entre los resquicios de la cotidianeidad y el trabajo. Filas de segundos, montones de minutos, cúmulos de horas sin contacto alguno con letras. Apenas he dejado entrar la luz a las hojas de un libro que leo a pocos desde hace dos años, no entiendo el por qué, simplemente no puedo acabarlo nunca. ¿Acaso es que los capítulos que le faltan, son los que me impiden seguir y necesito pausas largas para lograr aterrizar de nuevo en él? Lo cierto es que recién entré en el capítulo final de “Una casa para siempre”. Negro con betas blancas al mejor estilo carcelario. Una imagen de Beetlejuice. A lo que sí he tenido acceso es a un rosario de películas, desde el “maquinista” hasta el “aro”. Todas, absolutamente todas las que he visto tienen de trasfondo la muerte. Usan veredas alternas para llegar a ella, desde el insomnio hasta la televisión y el teléfono como objetos de terror, pero como si Roma tuviera que llamarse ahora muerte, todos esos caminos llevan a ella o salen de ella, acaso es que Roma fuera sinónimo de muerte. El color creo que no importa, ahora mismo lo veo con un pantalón rojo típico, un par de caites y un morral de lana virgen (pobrecita de la lana). Quisiera hacer crítica de arte o comentarios al menos de las películas que he visto, sin embargo se me hace tan poco fácil, la verdad es que no tengo esa facilidad para contar cosas que otros hacen sin ponerle un poco de sal y pimienta propias, será eso vocación de mentiroso o de escritor, no los sé. Lo que sí se es que el color no me va a importar más, ni el de a ropa ni el de la tez ni el de la tierra que pisa, sin embargo sí necesita un nombre, algo universal con el cuál identificarlo, como cuando se dice mesa y se piensa en el mueble de cuatro patas y un tablero. Estoy tan fuera de foco que ni siquiera he podido tener un poco de ocio decente, ese ocio que es tan necesario para escribir, a menos cuando se escribe desde el lado de la adrenalina, ese galopante carruaje que arremete contra mis dedos y me hace atacar cual pollo la tierra llena de maíces. Alonzo, sí, ese es el nombre. He tenido en mente hacer un escrito acerca del silencio. Sin embargo no aflora, el título y las justificaciones son lo único que tengo, justificaciones a manera de mapa cartográfico, sin más. Me es difícil retomar ideas si no las escribo en el momento, siempre se me pierden en el limbo de mi pequeña memoria, tan pequeña que ni si quiera me recuerdo de nombres de personas conocidas, no digamos de autores, libros o películas. No sé aún si será mi alter ego, mi gran amigo o sólo un personaje, a lo mejor quede nada más en un nombre y sea el final de él como de este texto sin sentido, con mucha información sin orden, caos puro sin más, que terminaré así: salud por él, salud en el nombre de Alonzo.