viernes, junio 15, 2007

Harmonía

Cansado de la música de supermercado, de visitar tiendas y tiendas en busca de un par de zapatos que combinaran con ese maldito vestido blanco, estampado con flores rosas. En uno de las tiendas tomó una caja de zapatos y la manoteó. El flujo de la emoción lo llevó a entonar canciones de cantina, aquellas que Alci Acosta les susurraba a las prostitutas desde la rockola del bar de su pueblo.

Al embelezo de “la copa rota” y “no renunciaré”, alzó la vos tan fuerte que la gente se agolpó en la tienda a escucharlo. No era por la magistral ejecución, más bien era por que era un bicho raro, y como era común, pensaron los transeúntes que era otra atracción del establecimiento. Todo terminó hasta que Malvina lo sacó del brazo y lo obligó a partir canturreando: … Ahora verás lo es tener las alas rotas / Ahora sabrás lo es llorar por la derrota. / Lo que me trajo tu maldad no tiene nombre…

1 comentario:

Rodrigo Pérez Nieves dijo...

porque hoy me dices que ya estás
arrepentida
que hiciste mal, que soy el lodo de tu vida
pero ya es tarde para cargos de conciencia
y en el pecado ya veras la penitencia (Alcy Acosta)

Sucede que a veces tenemos un concepto erróneo de las cosas remotas y más aún si éstas corresponden a figuras que nos hacen remontarnos a los tiempos idos. Mazate... rockolas... Alcy Acosta insistiendo en que recordáramos al amor que se fue...