Los Zompopos de Mayo son una de mis aficiones infantiles. Lo que más me agrada es que anuncian en silencio y con alfombras (amanecen en el asfalto) la entrada del invierno. La época de lluvia para ser más correctos, ya que en estos trópicos mayenses, existen únicamente dos épocas: lluviosa y seca.
La costumbre en el colegio era ponerlos a pelear. Un campeón podría durar hasta dos días. la preparación a la batalla incluía (cuando aún las tenían) la amputación de las alas. Luego de cada pelea ganada solía pintarles con corrector blanco un punto sobre la espalda, al muy estilo tribal.
Hoy en la mañana localicé sobre el capó del vehículo a dos en plena lucha, la fotografía la tomé con el teléfono celular, así que les debo la nitidez de la imagen.
En aquellos días en el recreo del colegio, podían concertarse hasta seis peleas. Los retadores sobraban. En ocasiones había que tener hasta tres púgiles para lograr, al final del día al menos con un campeón. Tiempos aquellos.
Espero que los ambientalistas y los amigos protectores de la naturaleza no me levanten juicio. Eran sólo juegos infantiles, obviamente crueles, sino carecerían de lo infantil del juego. Por cierto, se me olvidaba mencionar que a estas hormigas gigantes (un campeón puede medir hasta 2.5cm/1pulgada) les remueven la última parte de los mismos (el culito pues), el mismo se pone al comal y ya tostado, se come con tortilla y limón.
Saludos,
La costumbre en el colegio era ponerlos a pelear. Un campeón podría durar hasta dos días. la preparación a la batalla incluía (cuando aún las tenían) la amputación de las alas. Luego de cada pelea ganada solía pintarles con corrector blanco un punto sobre la espalda, al muy estilo tribal.
Hoy en la mañana localicé sobre el capó del vehículo a dos en plena lucha, la fotografía la tomé con el teléfono celular, así que les debo la nitidez de la imagen.
En aquellos días en el recreo del colegio, podían concertarse hasta seis peleas. Los retadores sobraban. En ocasiones había que tener hasta tres púgiles para lograr, al final del día al menos con un campeón. Tiempos aquellos.
Espero que los ambientalistas y los amigos protectores de la naturaleza no me levanten juicio. Eran sólo juegos infantiles, obviamente crueles, sino carecerían de lo infantil del juego. Por cierto, se me olvidaba mencionar que a estas hormigas gigantes (un campeón puede medir hasta 2.5cm/1pulgada) les remueven la última parte de los mismos (el culito pues), el mismo se pone al comal y ya tostado, se come con tortilla y limón.
Saludos,